En la solemnidad del Corpus Christi se recuerda a aquel "jueves" que todos llamamos "santo", en el que el Redentor celebró su última Pascua con los discípulos: fue la última Cena, culminación de la cena pascual judía e inauguración del rito eucarístico. Por esa razón es quizá la 2a celebración más importante de los Católicos.
La Iglesia Catoólica, desde hace siglos, ha elegido un jueves para la solemnidad del Corpus Christi, fiesta de adoración, de contemplación y de exaltación. Fiesta en la que el pueblo de Dios se congrega en torno al tesoro más valioso que heredó de Cristo, el sacramento de su misma presencia, y lo alaba, lo canta, lo lleva en procesión por las calles de la ciudad.
Ahora bien, muchas veces como las parroquias o las capillas no tienen suficientes fieles congregados en jueves (aunque no se deja de celebrar), se "mueve" su festejo al día domingo, con la finalidad de dar más tiempo para realizar todo el festejo, liturgia y piedad popular a su máximo con la presencia de la comunidad en pleno, tener una celebración ordenada y digna, todo esto claro, va con la aprobación del Obispo de la Diocesis correspondiente.
Saludos.